Tras un comienzo de fín de semana muy problemático para el piloto britanico, Jenson Button, con la imposibilidad de encontrar la puesta a punto del monoplaza con los reglajes y su pésima clasificación el sabado al acabar en decimocuarta posición bajo el diluvio, el piloto Brawn GP de 29 años ha logrado el mayor éxito de su vida, alzarse con el campeonato de Fórmula 1.
Aunque Button, con una ventaja cuantiosa de 14 puntos a falta de dos carreras lo tuviera bastante fácil para lograr el éxito deportivo con el ansiado campeonato, nada parecía indicar que sería éste fín de semana cuando lo lograse, ya que partía desde la séptima fila de la parrilla y su máximo rival, su compañer de equipo Rubens Barrichello hacía lo propio pero desde la pole position.
Nada mas apagarse el semáforo y dar comienzo la penúltima prueba del mundial, en el circuito de Interlagos, los monoplazas de Adrián Sutil, Jarno Trulli y Fernando Alonso tenían que abandonar, allanando el camino a Button. Posteriormente, haciendo gala de un magnífico pilotaje y con una mecánica superior a la de sus rivales, fue remontando hasta la quinta posición, que con el octavo puesto de Barrichello, suponía proclamarse matemáticamete campeón del mundo tanto de pilotos para Button, como el de constructores para su equipo, Brawn GP.
En mi opinión y ante las criticas de los que acusan a Brawn GP de ganar con trampas, pienso que es absurdo pensar que ha ganado sólo por el difusor doble, todo el coche ha sido construido de manera magistral, salvo algunos errores de calentamiento, pero el coche en su totalidad es mejor que un RedBull. A lo mejor Button no presionó como debía, pero ha tenido todo el año la cabeza fría para no cometer errores y lograr mantener la ventaja que adquirió a comienzos de año.
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